Que los templos religiosos impongan normas de vestimenta a sus visitantes es algo cada vez más habitual
En Barcelona, desde hace cinco años, quien visita la Catedral debe llevar cubiertos los hombros.
Así lo sugiere el personal de seguridad y lo indica un letrero en la entrada.
Un euro por pañuelo
Pero, ahora, las altas temperaturas hacen que muchos visitantes no lleven prendas con qué taparse.
Ante esto, los empleados de la Catedral han optado por ofrecer la posibilidad de comprar en la misma taquilla, y por un euro, un pañuelo para cubrirse.
Fuera del recinto y al mismo precio, una vendedora ambulante llama la atención de los visitantes con vistosos pañuelos.
Los turistas se quejan
La mayoría de los turistas preguntados por 20 minutos ayer lamentaban que la única solución sea comprar un pañuelo o volver "más vestido".
Aún así, acabaron comprando el pañuelo. La brasileña Melisa Estrada consideraba la medida "de otra época" y, aunque volverá con otra ropa para ver la Catedral, no estaba dispuesta a comprar un pañuelo para ver el recinto.
Muchos visitantes de la Catedral deciden no entrar por no pagar la entrada (de 12.30 a 17 h es de 4 euros, cinco si se compra también el pañuelo).
La Catedral considera el pago como un donativo para conservar el recinto "aprovechando el boom turístico".
Recuerdan que sólo se paga a mediodía, cuando el resto de recintos religiosos cierran.
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